Ahora nada

Ríos de tinta, hojas en blanco, cauce de olvido. Sangre derramada, garganta desatada, llanto contenido
Y ahora nada.
Maldigo esta memoria frágil, esta melancolía inútil. Prometo despedirlas en un duelo triste y eterno, universo de palabras que nunca existieron

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vivimos marcados por la memoria. Nuestra mente, nuestra identidad, nuestro ser cree en ella. Creemos venir de un pasado, habernos forjado a la merced de lo que la memoria siempre nos dicto. ¿y si la memoria no es una ficción más entre tantas otras ficciones?
La palabra misma, tal cual afirmaba Nietzsche , es una arbitraredad azarosa , una mentira que pretende hablar de un mundo, un engaño de la mente. la memoria es un conjunto borroso de lo que creemos haber vivido, pero ¿como afirmar lo real de lo creado? ¿ Lo certereo de su engaño?

Quizas estas preguntas no tengan sentido y solo podamos disfrutar de nuestros recuerdos a pesar de lo borrosos o a veces demasiado claros que sean.

Un gusto compartir esto contigo.. si bien no había comentarios este me parecio de los más bellos...

Uri